Aunque con un poco de retraso en lo que a fechas se refiere, no podía faltar las torrijas. Me da muchísima pena que este postre tan sencillo y sabroso quede sólo para Semana Santa. Reivindico a la de ya que las torrijas se tomen todo el año. Lo único malo (si quitamos lo de la operación biquini) es que no se cómo me las apaño para que la cocina después siempre sea un circo de cacharros. Al lío con los ingredientes :
1 litro de leche (yo usé semidesnatada)
1 ramita de canela
La cáscara de un limón
Azúcar blanco
3 huevos
canela en polvo
canela en polvo
Aceite de oliva suave
1 barra de pan especial para torrijas (o una barra del normal)
Yo las hago como se han hecho siempre en mi casa, y es sencillisimo
· En un cazo se pone a calentar la leche con una ramita de canela, un trozo de cáscara de limón y unas 8 cucharadas soperas de azúcar. Se deja hervir y se retira del fuego para que temple
· En una fuente se ponen las rebanadas de pan de un centímetro más o menos, yo tenía pan de torrijas pero valdría cualquier tipo de pan de barra (mejor del día anterior). Una vez atemperada la leche se pone sobre las rebanadas dejando que empape bien. Es importante que no esté muy caliente ya que en ese caso el pan se reblandecería demasiado y habría que comerlas casi con cuchara.
· Ya sólo nos quedará pasar las rebanadas empapadas por huevo batido y pasarlas al aceite para que se frían.
· Una vez están doraditas yo las saco y las pongo sobre papel absorbente para que suelten el aceite sobrante (y hacerme a la idea que no van a engordar tanto).
· En un plato mezclo tres partes de azúcar por una de canela en polvo. Paso las torrijas por esta mezcla y ya están ¡¡¡ de vicio!!!